Todos necesitamos un lugar a dónde ir. Brazos que nos hagan sentir como en casa. Un hombro sobre el cual llorar. Las buenas noches antes de dormir y un buenos días al comenzar la rutina. Un abrazo a cualquier hora del día, un beso que se lleve la melancolía. Una sonrisa que se lleve la tristeza de un mal día. Algo nuevo que aprender, algo que hace falta olvidar. Paciencia, Coraje y fe, para enfrentarnos al mundo todos los días.