Nos conocimos en enero, quizás por casualidad.
Ese día nació una amistad.
Con el tiempo fue creciendo cada día más.
Hemos tenido altas y bajas.
Pero aprendimos a sobrellevarlas.
De eso se trata la verdadera amistad.
Recuerdo casi todo lo que me dices.
A veces tu te olvidas.
Puede que alguna vez eso me moleste, pero así eres tú y yo nunca te cambiaría.
Eres uno de mis primeros pensamientos cuando despierto o me acuesto.
Tu existencia me hace muy feliz.
A veces, creo que no tienes ni idea de lo importante que eres para mí.
Cuando no estás, hay como un vacío dentro de mí.
Pero cuando vuelves, el mundo comienza a sonreír.
Siempre me preocupo cuando no sé nada de ti.
Lo que yo más quiero es que tú seas feliz.
Que siempre sonrías.
Y que te quedes junto a mí.
Tengo cinco mil quinientos defectos.
Y aún así tu sigues aquí.
Perdona si alguna vez te he fallado.
Muero si te alejas de mí.
Hay mucha distancia física que nos separa.
Y no es obstáculo para no sentirte cerca de mí.
¿Sabías que Te amo?
Eso es algo que contigo aprendí a decir.
Gracias por tu valiosa amistad, estos más de dos años.
Espero estar siempre para ti.
En las buenas y en las malas, yo estaré allí.
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